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28 mayo 2016

Facebook domina el mundo porque sus usuarios le dicen

Quienes han estado lanzando advertencias sobre Facebook tienen razón: casi cada minuto que pasamos en nuestros teléfonos inteligentes, tabletas y laptops visitando nuestros sitios favoritos y revisando las publicaciones que seguimos, nos apresuramos a conclusiones precipitadas. Se nos presiona para que nos conformemos.

Pero no podemos culpar a los titiriteros del equipo de Mark Zuckerberg. Nosotros somos los verdaderos culpables. Cuando se trata de imponer una perspectiva por encima de todas las demás y pastorear a la gente para que sea parte de tribus cultural e ideológicamente intolerantes, nada de lo que nos hace Facebook se acerca a lo que nosotros mismos nos hacemos.

Me refiero a cómo utilizamos las redes sociales en particular e internet en general… y cómo dejamos que nos utilicen. En realidad no son agentes sino cómplices, nuevas herramientas para satisfacer impulsos antiguos, parte de “una larga secuencia de innovaciones tecnológicas que nos permiten hacer lo que queramos”, señaló el psicólogo social Jonathan Haidt, quien escribió el exitoso libro de 2012 The Righteous Mind.

“Y una de las cosas que queremos es pasar más tiempo con la gente que piensa como nosotros y menos con la gente que es distinta”, agregó Haidt. “El efecto Facebook no es trivial. Pero es un catalizador o amplificador de una tendencia que ya estaba ahí”.


Con “el efecto Facebook” no se refería a la posibilidad, de la que se ha hablado en detalle durante semanas recientes, de que Facebook manipule su menú de noticias “actuales” para subrayar opiniones y medios liberales. Ese menú es solo una faceta de Facebook.

Lo que sucede más a menudo en los muros de muchos usuarios es que las publicaciones de nuestros amigos y otras personas o grupos que seguimos en nuestra red son información que depende totalmente de las decisiones que nosotros mismo tomamos. Si buscamos, damos me gusta y comentamos misivas furiosas de los simpatizantes de Bernie Sanders, nos enfrentaremos a más misivas furiosas de los simpatizantes de Sanders. Si evitamos esos arrebatos, los mensajes desaparecen. 

Esa es la dinámica crucial, algoritmo o como quieran llamarlo. Esa es la trampa y la maldición de nuestras vidas en línea.

Internet no está amañado para darnos información sobre la izquierda, la derecha, los conservadores o los liberales… al menos no antes de que nosotros lo elijamos. Está diseñado para darnos más de lo mismo, sin importar de qué se trate: una nota sostenida y continua de la misma frecuencia entre la amplia selección de música que contiene la red o una fragancia redundante de un jardín de posibilidades infinitas.

Hace algunos años compré un gel de baño de Jo Malone. Lo compré a través del sitio web de la compañía. Unos meses después, mientras navegaba por el ciberespacio, Jo Malone me acechaba, siempre siguiendo mis pasos digitales, siempre en una esquina de mi pantalla: una vela de Jo Malone por aquí, una colonia de Jo Malone por allá. Me habían perfilado y encasillado: fanático de Joe Malone. Desde luego, podía elegir entre olor a madera, cítrico, floral e incluso frutal, pero no había Aramis en mi mundo aromático ni mucho menos Old Spice.

Sucede lo mismo con las ficciones que leemos, las películas que vemos, la música que escuchamos y, algo más preocupante, las ideas a las que nos adherimos. Nadie las critica. Se refuerzan y se validan. Al guardar ciertos blogs y personalizar las actualizaciones que aparecen en nuestras redes sociales, modificamos las noticias que consumimos y las creencias políticas a las que estamos expuestos como nunca antes. Esto tiñe nuestros días, o más bien les quita todo el color para reducirlos a tonos únicos.

Quienes han estado lanzando advertencias sobre Facebook tienen razón: casi cada minuto que pasamos en nuestros teléfonos inteligentes, tabletas y laptops visitando nuestros sitios favoritos y revisando las publicaciones que seguimos, nos apresuramos a conclusiones precipitadas. Se nos presiona para que nos conformemos.

Pero no podemos culpar a los titiriteros del equipo de Mark Zuckerberg. Nosotros somos los verdaderos culpables. Cuando se trata de imponer una perspectiva por encima de todas las demás y pastorear a la gente para que sea parte de tribus cultural e ideológicamente intolerantes, nada de lo que nos hace Facebook se acerca a lo que nosotros mismos nos hacemos.

Me refiero a cómo utilizamos las redes sociales en particular e internet en general… y cómo dejamos que nos utilicen. En realidad no son agentes sino cómplices, nuevas herramientas para satisfacer impulsos antiguos, parte de “una larga secuencia de innovaciones tecnológicas que nos permiten hacer lo que queramos”, señaló el psicólogo social Jonathan Haidt, quien escribió el exitoso libro de 2012 The Righteous Mind.

“Y una de las cosas que queremos es pasar más tiempo con la gente que piensa como nosotros y menos con la gente que es distinta”, agregó Haidt. “El efecto Facebook no es trivial. Pero es un catalizador o amplificador de una tendencia que ya estaba ahí”.

Con “el efecto Facebook” no se refería a la posibilidad, de la que se ha hablado en detalle durante semanas recientes, de que Facebook manipule su menú de noticias “actuales” para subrayar opiniones y medios liberales. Ese menú es solo una faceta de Facebook.

Lo que sucede más a menudo en los muros de muchos usuarios es que las publicaciones de nuestros amigos y otras personas o grupos que seguimos en nuestra red son información que depende totalmente de las decisiones que nosotros mismo tomamos. Si buscamos, damos me gusta y comentamos misivas furiosas de los simpatizantes de Bernie Sanders, nos enfrentaremos a más misivas furiosas de los simpatizantes de Sanders. Si evitamos esos arrebatos, los mensajes desaparecen. 

Esa es la dinámica crucial, algoritmo o como quieran llamarlo. Esa es la trampa y la maldición de nuestras vidas en línea.

Internet no está amañado para darnos información sobre la izquierda, la derecha, los conservadores o los liberales… al menos no antes de que nosotros lo elijamos. Está diseñado para darnos más de lo mismo, sin importar de qué se trate: una nota sostenida y continua de la misma frecuencia entre la amplia selección de música que contiene la red o una fragancia redundante de un jardín de posibilidades infinitas.

Hace algunos años compré un gel de baño de Jo Malone. Lo compré a través del sitio web de la compañía. Unos meses después, mientras navegaba por el ciberespacio, Jo Malone me acechaba, siempre siguiendo mis pasos digitales, siempre en una esquina de mi pantalla: una vela de Jo Malone por aquí, una colonia de Jo Malone por allá. Me habían perfilado y encasillado: fanático de Joe Malone. Desde luego, podía elegir entre olor a madera, cítrico, floral e incluso frutal, pero no había Aramis en mi mundo aromático ni mucho menos Old Spice.

Sucede lo mismo con las ficciones que leemos, las películas que vemos, la música que escuchamos y, algo más preocupante, las ideas a las que nos adherimos. Nadie las critica. Se refuerzan y se validan. Al guardar ciertos blogs y personalizar las actualizaciones que aparecen en nuestras redes sociales, modificamos las noticias que consumimos y las creencias políticas a las que estamos expuestos como nunca antes. Esto tiñe nuestros días, o más bien les quita todo el color para reducirlos a tonos únicos. 

Construimos una serie de ecos de afirmación perfectamente delineados que convierten la convicción en fervor, la pasión en furia y los desacuerdos con la oposición en la satanización del asunto. Después nos sorprendemos con las multitudes en Twitter que defienden a Sanders o el éxito surreal de la candidatura de Donald Trump, cuyo eslogan histórico bien podría ser: “Todo lo que sé es lo que está en internet”.

Esas fueron sus palabras literalmente, una excusa despreocupada después de afirmar erróneamente que un manifestante en uno de sus mítines estaba relacionado con extremistas islámicos. Había visto un video en alguna parte y decidió tomarlo por verdadero. Su inteligencia no era ni es fundada, sino viral… y está convenientemente ajustada a sus argumentos y necesidades. Con una búsqueda en Google que sea lo suficientemente creativa o crédula, siempre puede encontrarse una “verdad” egoísta, junto con un enorme grupo de supuestos expertos que pongan sus manos en el fuego por esa verdad, así como una hermandad de discípulos.

Los anunciantes de carnaval, las teorías de conspiración, el sesgo deliberado o un partidismo desagradable no son nada nuevo, y no es que hayan alcanzado extremos sin precedentes. Lo que es notable y un poco descorazonador es la manera en que estos medios alimentan ese comportamiento en vez de mejorar nuestra capacidad de educarnos. La proliferación de los canales de televisión por cable y el crecimiento del internet prometieron expandir nuestros mundos, no encogerlos. En vez de eso han aumentado la velocidad y la minuciosidad con la que nos hemos replegado en los enclaves de quienes piensan como nosotros.

Eli Pariser analizó todo esto en su libro de 2011 The Filter Bubble, y señaló que cada vez que tocamos la pantalla, damos clic o apretamos una tecla, decidimos qué veremos a continuación y creamos una realidad confeccionada cercana a la ficción. No todos comparten este análisis, incluyendo a los propios responsables de Facebook, que publicaron un estudio revisado por colegas en la revista Science el año pasado, mediante el que cuestionaron la homogeneidad del feed de noticias de determinado usuario de Facebook.

Sin embargo, es incuestionable que en una era llena de opciones, en la que abunda la mercadotecnia de nicho y se exalta el individualismo, nos encasillamos con una eficiencia escalofriantemente despiadada. Hemos depuesto puntos de referencia universales. Hemos perdido terreno en común.

“La tecnología facilita que nos conectemos con la gente que comparte intereses en común”, dijo Marc Dunkelman, y agregó que también hace más fácil que evitemos “las interacciones cara a cara con ideas diversas”. Tocó ese punto en un libro incisivo de 2014: The Vanishing Neighbor, que encaja con la obra de Haidt y con Bowling AloneComing Apart y The Fractured Republic obras pertenecientes a la llamada literatura de la fragmentación estadounidense moderna, un género en auge.

Estamos menos comprometidos y confiamos menos en las grandes instituciones de lo que estábamos y hacíamos en el pasado. Cuestionamos su sabiduría y la sustituimos con la mentalidad grupal de las microcomunidades, muchas de las cuales han sido formadas en línea, y que muestran sensibilidades que pueden ser más peculiares e implacables.

Facebook, junto con otras redes sociales, contribuye a esto. Haidt notó que a menudo se desalienta a los disidentes dentro de un grupo de amigos al acelerar la deshonra. Señaló la corrección política que se refuerza entre estudiantes en muchas universidades.

“Facebook permite que la gente reaccione a lo que alguien más dijo tan rápidamente que de verdad temen estar fuera de lugar”, comentó.

Pero no se trata de un feed desequilibrado de noticias. No se trata del algoritmo de un hechicero. Se trata del tribalismo que ha existido desde que la humanidad existe y ahora pone raíces en el suelo fértil del internet, que lo está convirtiendo en una flor traicionera.

Fuente: The Wall Street Journal 

16 agosto 2014

Los beneficios de apoyar a los empleados tecnológicamente rebeldes

Cada vez más trabajadores usan software no autorizado en sus tareas diarias.
¿Quiere ser más competitivo? Entonces deles más poder a sus empleados tecnológicamente rebeldes.
Si usted es como yo, lo primero que hace al incorporarse a una nueva organización es tratar de encontrar la manera eludir la pesadilla del sistema informático de su empleador. Porque, seamos sinceros, en la mayoría de las compañías, lo que deberían ser tareas sencillas, como hacer un pedido por Internet, una reserva o incluso enviar un correo electrónico, resultan bizantinas comparado con lo que podemos lograr por nuestra cuenta.
Esto ayuda a explicar por qué 80% de las personas que trabajan para compañías con más de 1.000 empleados evitan al departamento de tecnología de la información y utilizan (o hasta compran) software que está principalmente en la nube, según un estudio de la firma de investigación de mercado Frost & Sullivan.
Hay muchos nombres para este fenómeno, pero mis favoritos son aquellos que lo hacen ver como si descargar Dropbox o utilizar Google Docs fuera comprar armas de traficantes: Shadow IT (TI en la sombra) o el menos conocido Rogue IT (TI clandestino).
Quizás alguna vez existió una época feliz en la que los ingenieros de sistemas se preocupaban principalmente por que los empleados fueran más efectivos, pero en esta era de cada vez más regulación, violaciones de seguridad y espionaje industrial, la principal tarea de un director de informática en la mayoría de las compañías es mantener los datos de los clientes lejos de los hackers y la propiedad intelectual fuera del alcance de rivales.
Como podría imaginarse, a los directores de informática no les hace ninguna gracia que la mayoría de los empleados guarden datos potencialmente sensibles en aplicaciones en la nube accesibles a través de la web quizás totalmente desconocidas para ellos. Pero hay un detalle: las empresas que más restringen la tecnología externa son las que más ceden ventaja competitiva a aquellas que dejan que sus empleados tomen sus propias decisiones respecto a lo que necesitan para cumplir con su trabajo.
Por supuesto, no es que las empresas tengan muchas alternativas.

08 julio 2014

Seis consejos para sentirte más feliz en el trabajo

El gurú Geoffrey James ofrece algunas recomendaciones para tratar de mantener la motivación y la sonrisa
La crisis, la rutina, los madrugones, las vacaciones que cada vez están más cerca…por una cosa o por otra, a veces nos cuesta ponernos las pilas en el trabajo. Podemos poner remedio a estas situaciones con unos simples consejos para sentirnos más felices en el trabajo, según el gurú Geoffrey James, con el objetivo de recuperar la alegría en la oficina.

Nombrado recientemente por la revista Forbes como una de las 40 personas más influyentes en el mundo del makreting y las redes sociales, James asegura que con poco esfuerzo podemos mejorar sustancialmente nuestra motivación durante la jornada laboral. Sus propuestas se basan en estos seis consejos:

1. El minuto de reflexión. Es importante introducir en tu rutina diaria un minuto para el silencio y la reflexión en el que no pienses en trabajo. Lee un poema, escucha una canción o simplemente piensa en blanco. Se trata de una técnica sencilla capaz de aportar grandes dosis de energía mental para el resto del día

2. Sonríe con frecuencia. Sonreír tiene dos beneficios claros: primero, le das órdenes a tu cerebro para que esté ‘más feliz’ y segundo, cuando sonríes provocas una efecto positivo en la gente que se encuentra a tu alrededor. Así contagias alegría y mejoras el ambiente de trabajo.

3. Date más crédito. No seas demasiado exigente contigo mismo. Es bueno darse una palmadita y reconocerse mentalmente de vez en cuando los logros. Esto sirve para animarte a seguir haciendo bien las cosas ya que no siempre lo harán los demás.

4. Valora positivamente cada aprendizaje. Cada día aprendemos nuevas cosas, pero el truco está en no pasarlas por alto y saber reconocer tanto los pequeños o grandes avances. Una posibilidad es repasar lo aprendido al final del día.

5. Disfruta de la ‘naturaleza humana’. En las oficinas hay de todo y la gente es capaz de comportarse de forma muy rara, sí. Pero hay dos formas de afrontarlo, con malas caras o con sorpresa. Abrir la mente te reportará formas creativas de lidiar con estas personas y con vuestras tareas.

6. Da siempre las gracias. En la vida hay que ser agradecido, especialmente con aquellos compañeros que hacen las tareas más ingratas. Conectar con los trabajadores del edificio ayuda a llegar y salir del trabajo con mejor humor. 

21 abril 2014

5 maneras de reducir el estrés laboral

El estrés es un obstáculo para el éxito de las personas y no les permite crear su marca personal de manera productiva. Cuando usted está estresado, no piensa con claridad y se comporta de forma distinta.
 
Incluso puede llegar a paralizarlo y volverlo menos productivo, según un artículo publicado por Forbes.com. Todo esto tiene un impacto negativo en la manera cómo lo percibe la gente, es decir en su marca personal.
 
Seamos realistas, el trabajo puede ser estresante. De hecho, el estrés laboral ha sido definido como una epidemia mundial por la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas.
El impacto que las personas estresadas tienen sobre quienes los rodean es lo que el experto en manejo de estrés laboral, Jordan Friedman, llama “estrés de segunda mano”.
 
Friedman señala que el “estrés de segunda mano lo afecta a usted y a quienes le rodean y es peligroso para su marca. El estrés cierra la comunicación mutua, dificulta la resolución de problemas y envía un mensaje ‘yo soy más importante que tú’ a los demás”.
 
Independientemente de las causas de su estrés, usted tiene el control de cómo lidiar con él. Esto significa reconocer los factores que desencadenan su estrés y aprender qué tipo de método de reducción de estrés funciona mejor para usted.
 
“El estrés afecta su rendimiento y satisfacción laboral”, Friedman añade. “Saber cómo reconocer y manejar el estrés es la única más valiosa habilidad de liderazgo que usted pueda dominar”.
 
A continuación, William Arruda de Forbes.com nos da cinco simples maneras de reducir el estrés en el trabajo:

17 noviembre 2013

La batalla por la supervivencia de la corbata

Barack Obama, David Cameron y numerosos empresarios ya no la usan tan a menudo

Faltaba algo. Cuando Barack Obama se reunió con Vladimir Putin en junio durante la cumbre del G8 realizada en Irlanda del Norte, el tono amistoso no fue lo único que brilló por su ausencia: ninguno de los dos se había puesto corbata. El gesto aparentemente fue iniciativa del anfitrión y primer ministro británico David Cameron, quien presionó para que se relajara el protocolo de la conferencia internacional de dos días. La nueva moda no pasó desapercibida ante la prensa británica.
Sin embargo, esta distaba mucho de ser la primera aparición pública de Obama sin corbata. "Obama usa su traje sin corbata. ¿Usted puede?" fue una pregunta planteada por la revista Esquire al comienzo de su mandato. En 2011, el presidente concedió una entrevista con el cuello de la camisa desabotonado. Incluso convenció al presidente chino, Xi Jinping, de dejar de lado la corbata durante su encuentro de mediados de año. Cuando el presidente del país más poderoso del mundo echa la tradición por la borda y establece un nuevo estándar en la moda, cabe preguntarse: ¿ha muerto la corbata?

24 julio 2013

Lo que 'Mad Men' puede enseñarnos sobre el uso del dinero

La popular serie de televisión Mad Men, que concluyó su sexta temporada el 23 de junio en Estados Unidos y lo hará el 15 de julio en América Latina, tiene más que detalles de los años sesenta y referencias a los anuncios de la marca Heinz.

La serie —que narra la saga de Sterling Cooper & Partners, una firma de publicidad ficticia de Nueva York, y sus ejecutivos, personal y familias— atrae 2,5 millones de televidentes estadounidenses en promedio cada semana, de los cuales casi la mitad tiene entre 25 y 54 años y reportan ingresos familiares de al menos US$100.000 al año, según AMC, el canal que emite la serie en EE.UU. HBO Latin America, el canal que transmite la serie en la región, indicó que no tenía cifras de audiencia específicas de la serie.

Mad Men también ofrece un tesoro de lecciones financieras para familias en ese grupo demográfico. La temporada ha explorado la complejidad de las vidas de un grupo de mujeres que defienden su independencia, tanto en el trabajo como en sus vidas personales.
En una escena de la serie 'Mad Men', los socios revisan un nuevo espacio de oficina.
El resultado: las decisiones monetarias de los personajes se están volviendo más desordenadas y la necesidad de planear hacia el futuro más importante. Aunque la serie no se enfoca en detalles financieros, varios planificadores y abogados financieros aficionados a Mad Men han reflexionado bastante sobre los posibles errores de sus personajes femeninos con el dinero y algunas veces terminan gritando consejos a sus pantallas.

A continuación, algunas formas modernas de abordar los retos de finanzas personales que enfrentan las mujeres y los hombres de Mad Men:

04 mayo 2013

Los caballeros las prefieren agudas

Marilyn Monroe es considerada una de las mujeres más atractivas
de la historia del cine, gracias en parte a su seductora voz
Un estudio revela que el tono de una voz humana y la distancia entre los picos de sonido crean expectativas sobre el tamaño corporal de la persona que habla, y hacen que se perciba como más o menos atractiva.

Ellos prefieren voces femeninas que les evocan cuerpos pequeños, y ellas, tonos propios de varones corpulentos.

Las voces masculinas graves y las femeninas agudas son más atractivas para los individuos del sexo opuesto, porque estiman más ‘apropiado’ el tamaño del cuerpo de la persona que habla a partir de la frecuencia de su voz.

Así concluye un trabajo, publicado en la última edición de la revista PLoS ONE, que muestra que los oyentes imaginan el tamaño del cuerpo de una persona, e incluso la connotación de lo hablado, basándose en la frecuencia, la calidad de voz y la distancia entre formantes –los picos de intensidad en el espectro de un sonido–.

Los oyentes imaginan el tamaño del cuerpo de una persona basándose en la frecuencia, la calidad de voz y la distancia entre los picos de intensidad

07 abril 2013

¿Quiénes son más adictos a Internet, los hombres o las mujeres?

En una era en que muchos, en mayor o menor medida, dependemos de Internet, ya que por distintos motivos nuestras vidas giran en torno a varias actividades que nos provee la red como por ejemplo comunicación, información, pasatiempos, entretenimientos y hasta trabajo, la pregunta que puede surgir es ¿Quienes son más adictos a la red, hombres o mujeres?

En la siguiente infografía de Siteopia, con los resultados de un estudio llevado a cabo en el Reino Unido por OnePoll, pueden ver la respuesta a esa pregunta.

Esta infografía responde esa pregunta, también nos entrega información muy interesante. Sabían que el usuario promedio de Internet puede conectarse a la red vía tres diferentes dispositivos y 10% pueden acceder a la red a través de más de 5 diferentes dispositivos.

El 62% de los encuestados respondió que necesitan Internet todos los días y solo el 45% pudo responder con confianza que no son adictos a la red.

Luego de mostrar cuanto tiempo pasan en Internet y que es lo que hacen, tanto hombres y mujeres, muestra otras estadísticas sobre compras, horas del día en que entran a la red, edades y tiempo que pasan diariamente en la red.
A Generation of Internet Addicts


27 enero 2013

Recuerdan a las víctimas del Holocausto




Retroceda usted a un tal día como hoy, 27 de enero, hace sesenta y ocho años. Ni aún los más viejos de la localidad recordarán nada de aquel día. Pero en tal fecha aconteció uno de los sucesos más trascendentes de la historia de la humanidad.


A principios del año 1945, las tropas soviéticas avanzaban victoriosas sobre los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, adentrándose por las regiones sureñas de Polonia. Allí, en el voivodato de Malapolska, conquistaron la bellísima ciudad medieval de Cracovia, con su castillo real y su catedral sobre la colina Wawel, donde las leyendas cuentan que un dragón vivía en una de sus cuevas.

26 enero 2013

El nuevo reinado de la corbata




Durante un tiempo cuestionada, la corbata vuelve otra vez al armario masculino para marcar la pauta. Para las ocasiones más formales, ir a trabajar o incluso con un look más casual. Los diseños son tan variados como las ocasiones y sus protagonistas. Ya lo dijo el novelista Alberto Moravia: "Al hombre moderno se le permite un accesorio que le deja revelar su visión del mundo, señalar su presencia en él". ¿Cuál si no?

J.F.Kennedy aportó un estilo dinámico a la política de los sesenta.
Balzac dijo una vez: "Las corbatas son esencialmente románticas. El día que sucumban a reglas dejarán de existir". Y puede que haya casi tantos diseños y estilos de llevarlas como caballeros dispuestos a ello, pero también es cierto que algunas pautas dan mejores resultados que otros.

La corbata como hoy se la conoce fue diseñada por el neoyorquino Jesse Langsdorf en 1924. Con esa practicidad anglosajona típica, ideó un patrón más fácil de anudar sin deformar, con la tela cortada al biés y en ángulo de 45 grados, con seda como forro y muselina en la entretela. Y, si ya entonces la corbata era símbolo de distinción entre caballeros, ésta fue poco a poco democratizándose, convirtiéndose en el accesorio central del guardarropa masculino, clave para expresar la individualidad de cada uno o para actualizar cualquier traje de acuerdo a las modas. "Una corbata bien anudada es el primer paso serio en la vida de un hombre", decía Oscar Wilde.

16 enero 2013

Cómo dar las gracias en las redes sociales




Todos sabemos que "de bien nacido, es ser agradecido" y, en esto de las redes sociales, no tiene porque ser diferente. La educación tiene que primar y, sobre todo, el agradecimiento a la persona que se preocupa en hacernos un RT en Twitter, un "me gusta" en Facebook o un comentario Linkedin.

A continuación, te damos las pautas para agraceder de forma correcta en las redes sociales más conocidas.

En Twitter

El tiempo que tardas en agradecer un RT en Twitter es ínfimo, hazlo y, casi seguro que esa persona, aparte de agradecértelo, lo sabrá valorar y volverá a pasar por tu timeline para hacerte más RTs.

Si el RT es de alguien al que todavía no sigues y que está dentro de tu nicho de mercado, ¿por qué no agradecer ese RT con un follow?

Olvídate de los agradecimientos en grupo. Si la gente dedica unos minutos a leerte, que menos que los dediques tú en agradercéselo por separado.
Interactúa con aquellos que lo hacen contigo. Si un follower contesta a un tweet tuyo, ¿cómo no le vas a responder? Y aparte, agradéceselo.

15 enero 2013

El planeta gemelo de la tierra es descubierto




El KOI 172.02 es más grande que nuestro planeta y se encuentra en la zona habitable de su sistema estelar. Los científicos creen que podría tener agua en su superficie.

Según Space.com, el cuerpo celeste, clasificado como “supertierra” por la NASA, tiene un tamaño 1,5 veces más grande que el de la Tierra y se encuentra ubicado, respecto a la estrella alrededor de la cual orbita, a una distancia equivalente a las tres cuartas partes de la distancia que nos separa del Sol.

El KOI 172.02 está dentro de la Vía Láctea y tarda, en total, 242 días terrestres en completar su órbita. De acuerdo con observaciones, podría tener agua en su superficie.

El planeta fue encontrado por el telescopio espacial Kepler, que orbita alrededor del Sol buscando estrellas y planetas similares al nuestro.

05 octubre 2012

Oktoberfest: mucho más que la fiesta de la cerveza


La fiesta popular 'Oktoberfest' es una de las celebraciones históricas y culturales mas populares de Alemania desde hace más de 200 años (1810).

Esta antigua fiesta tiene su origen en la celebración de la boda de Luis de Baviera con la princesa Teresa de Sachsen-Hildburghausen el 12 de octubre de 1810. Para celebrar su enlace Baviera hizo una fiesta que duró cinco días seguidos. En este momento también se conmemoraba que cuatro años atrás se proclamaba el reino de Baviera. Una de las cosas por las que caracterizó al príncipe fue por su remodelación arquitectónica de Munich. Durante estos días se realizaron desfiles de tiradores de la Guardia Nacional comida y bebida. Así se denominó a la fiesta popular donde fueron invitados todos lo habitantes de Munich. Esta celebración se realizo en un campo llamado Theresienwiese (prado de Teresa), en ese momento era las puertas de la ciudad.

Hasta 1818 no llegó la cerveza, donde empezaron a participar en esta fiesta las primeras tabernas cerveceras. Estas celebraciones empezaron a ser muy populares, llegando a los 100.000 visitante en 1835. Esta popular fiesta se ha cancelado 14 veces a lo largo de toda la historia, debido a atentados o guerras mundiales. El 'Oktoberfest' se celebraba a mediados de octubre, pero con la búsqueda de mejor tiempo, este empieza el primer sábado después del 15 de septiembre y dura 16 días.