16 agosto 2014

Los beneficios de apoyar a los empleados tecnológicamente rebeldes

Cada vez más trabajadores usan software no autorizado en sus tareas diarias.
¿Quiere ser más competitivo? Entonces deles más poder a sus empleados tecnológicamente rebeldes.
Si usted es como yo, lo primero que hace al incorporarse a una nueva organización es tratar de encontrar la manera eludir la pesadilla del sistema informático de su empleador. Porque, seamos sinceros, en la mayoría de las compañías, lo que deberían ser tareas sencillas, como hacer un pedido por Internet, una reserva o incluso enviar un correo electrónico, resultan bizantinas comparado con lo que podemos lograr por nuestra cuenta.
Esto ayuda a explicar por qué 80% de las personas que trabajan para compañías con más de 1.000 empleados evitan al departamento de tecnología de la información y utilizan (o hasta compran) software que está principalmente en la nube, según un estudio de la firma de investigación de mercado Frost & Sullivan.
Hay muchos nombres para este fenómeno, pero mis favoritos son aquellos que lo hacen ver como si descargar Dropbox o utilizar Google Docs fuera comprar armas de traficantes: Shadow IT (TI en la sombra) o el menos conocido Rogue IT (TI clandestino).
Quizás alguna vez existió una época feliz en la que los ingenieros de sistemas se preocupaban principalmente por que los empleados fueran más efectivos, pero en esta era de cada vez más regulación, violaciones de seguridad y espionaje industrial, la principal tarea de un director de informática en la mayoría de las compañías es mantener los datos de los clientes lejos de los hackers y la propiedad intelectual fuera del alcance de rivales.
Como podría imaginarse, a los directores de informática no les hace ninguna gracia que la mayoría de los empleados guarden datos potencialmente sensibles en aplicaciones en la nube accesibles a través de la web quizás totalmente desconocidas para ellos. Pero hay un detalle: las empresas que más restringen la tecnología externa son las que más ceden ventaja competitiva a aquellas que dejan que sus empleados tomen sus propias decisiones respecto a lo que necesitan para cumplir con su trabajo.
Por supuesto, no es que las empresas tengan muchas alternativas.