19 diciembre 2009

Saber controlar las emociones en el trabajo es clave para el éxito profesional


Cuando se trata de expresar los sentimientos en el trabajo, mejor ir con cuidado. Una cosa es ser apasionado, y la otra es ser emocionalmente inestable.

En tiempos de caos, las emociones en la oficina están a la orden del día. "Le gente se siente abrumada hoy en día", dice Leo Babauta, quien escribe el blog de autoayuda ZenHabits.net y es autor del libro El poder de lo simple. "Las situaciones estresantes han incrementado mucho la negatividad", dice, "e incluso si una persona sabe que es infeliz, no hará nada para cambiar su situación porque tiene miedo de fracasar".

Glenn Phillips, presidente de Forte Inc., una consultora de tecnología de Birmingham, Alabama, casi destruye su negocio cuando una intensa aversión al conflicto le impidió de despedir a personal no esencial. "Dejé que mis emociones me controlaran", dice. "El sentimiento de culpa no es un buen motivo para incurrir en ese tipo de deuda".

Un psicólogo ayudó a Phillips a lidiar con sus problemas. "Me hizo ver cómo maneras de pensar poco productivas, la falta de autoestima y el miedo al rechazo estaban afectando mi capacidad profesional", dice. "Como resultado de la terapia, el trabajo es más fácil. No me tomo las cosas de forma tan personal y las decisiones de negocios son más lógicas".

Aunque la turbulencia emocional puede ser una traba significativa al éxito profesional, admitir que hay un problema requiere madurez. Las personas inteligentes y que se guían por el cumplimiento de objetivos pueden ver la asesoría de un psicólogo como una señal de debilidad. Pero la terapia puede proveer una perspectiva inigualable sobre los problemas laborales que se repiten empleo tras empleo. "A condición de ser honesto con el terapeuta, la terapia permite ver las cosas de manera más clara y objetiva", señala Babauta.

Incluso si está convencido de que la terapia no es lo que usted necesita, no debería permitir que las emociones negativas saboteen su carrera. Piense en situaciones que provocan ciertas reacciones indeseables (por ejemplo, un colega le insulta y usted pierde los estribos) y practique respondiendo de forma civilizada (por ejemplo, auséntese educadamente unos minutos cuando sienta que está a punto de alzar la voz).

Las personas que suelen estresarse en el trabajo podrían beneficiarse de concentrarse en la tarea inmediata e imaginarse cómo reaccionaría al peor de los escenarios. Si tiene problemas de autoestima como Phillips, tal vez necesite algo que le fortalezca la confianza.

'No trate de cambiar de la noche a la mañana", recomienda Babauta. "Vaya paso a paso para que pueda disfrutar de una serie de pequeñas victorias".

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