07 mayo 2010

La ‘última tentación’ de Mark Zuckerberg


El fundador de Facebook recibió una oferta de 800 mdd hace 5 años por parte de MTV por su ‘bebé’; ahora el libro “The Facebook Effect” relata el viaje en jet donde el chico rechazó la oferta.

Si no fuera por la tenacidad de Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, este sitio pionero de los medios sociales bien podría haber sido absorbido por un gigante mediático o un conglomerado tecnológico. Pero se mantiene independiente, con cerca de 500 millones de usuarios, un valor de mercado de 20,000 millones de dólares y millones de inversionistas esperando ansiosos una IPO (Oferta Pública Inicial donde las acciones de la compañía se ofertan al público antes de cotizar en la Bolsa).
David Kirkpatrick, colaborador de Fortune, ha escrito un nuevo libro con un acercamiento sin precedentes a Zuckerberg y a su compañía: ‘The Facebook Effect: the Inside Story of the Company That Is Connecting the World' (El efecto Facebook: La historia de la compañía que está conectando al mundo).

En el pasaje que aquí incluimos, Kirkpatrick narra la lucha de su creador (a punto de cumplir 26 años este mes) por resistir las ofertas de adquisición de un sin número de magnates.

El directivo de Viacom pensó que impresionaría al chico con un paseo en el jet de la empresa, pero estaba claro que era el joven quien tenía el control de la situación. De todos los pretendientes que cortejaban a Mark Zuckerberg en el otoño de 2005, uno de los más emprendedores era Michael Wolf, presidente de MTV Networks, propiedad de Viacom. Wolf había escuchado a los universitarios que participaban en los ‘focus groups' de MTV hablar sin cesar de este nuevo sitio, y estaba determinado a obtenerlo para su empresa matriz. Para ello primero tendría que "amigarse" con Zuckerberg, y pensó que la mejor manera de acercarse al líder de Facebook era enviándole un mensaje instantáneo, así lo hizo de vez en cuando, comentándole que planeaba ir a Palo Alto (fuera o no verdad) y proponía una cena. Si Zuckerberg aceptaba, Wolf volaría al lugar. Pero a finales de año, Wolf planteó una mejor oferta: pensaba ir a San Francisco en el jet de Viacom, ¿le gustaría a Mark viajar con él de vuelta a Nueva York?

Zuckerberg mordió el anzuelo, la navidad se acercaba y sus padres vivían en Dobbs Ferry, Nueva York. Como ninguno de los aviones corporativos de Viacom estaba de hecho disponible, Wolf alquiló un jet Gulfstream V para volar del aeropuerto de San Francisco al aeropuerto del Condado de Westchester, cercano a Dobbs Ferry. Wolf voló esa mañana desde Nueva York en un avión de American Airlines, y ya en San Francisco abordó el jet y esperó a Zuckerberg, como si fuera la cosa más normal del mundo, hasta que éste apareció, tarde, a las 5:30 p.m. Y tal como lo había planeado astutamente, los dos pasaron cinco horas ininterrumpidas en el avión. Wolf estaba resuelto a encontrar la manera de comprar Facebook.

Sin embargo, durante la mayor parte del viaje el chico de 21 años mantuvo el control de la conversación. Interrogó a Wolf sobre los negocios de MTV. ¿Cómo ganaba dinero una compañía como Viacom? ¿Cuánto cobraba MTV por la publicidad? ¿Cómo construían su audiencia?

Zuckerberg admiró el jet. "Este avión es increíble" dijo. Y Wolf le respondió "Quizá deberías vendernos parte de tu compañía, así podrías comprar uno para ti."

Cuando aterrizaron en Westchester, dos vehículos estaban esperándolos. Uno era el sedán corporativo de Wolf, que lo llevaría a la ciudad. El otro era la minivan de la familia Zuckerberg, de la cual salieron los padres de Mark, le sonrieron y lo abrazaron, parecía como si volviera a casa luego de un semestre en la universidad.

El presidente de MTV continuó su cortejo después de las navidades, voló a Palo Alto en enero con una elaborada presentación en PowerPoint y luego volvió al siguiente mes, ya por motivos más personales. Él y Zuckerberg comenzaban a hacerse amigos. Caminaron un rato y pasaron por el departamento de Zuckerberg, desordenado, de una sola habitación, con un colchón en el suelo, montones de libros, un tapete de bambú y una lámpara. Luego fueron a cenar a un restaurante contiguo. Wolf soltó la misma pregunta que hizo en el avión. "¿Por qué no nos vendes? Serías muy rico" le dijo.

"Acabas de ver mi departamento" contestó Zuckerberg. "Realmente no necesito dinero. Además, no creo que vuelva a tener una idea tan buena como esta." Viacom siguió insistiendo, le ofreció 800 millones de dólares y provisiones que subirían el valor de Facebook hasta 1,500 millones de dólares. Pero como muchos otros pretendientes descubrirían, los directivos de Viacom se dieron cuenta que trataban con alguien excepcional. Si su invento atrajo inicialmente a los jóvenes, explotando el deseo de los estudiantes de relacionarse, su declarada ambición iba más allá: cambiar el mundo.

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