LONDRES (Reuters) - Las farmacéuticas están empezando a acercarse a las compañías de tecnología mientras tienen dificultades para demostrar el valor de sus medicamentos a gobiernos y aseguradoras.
Usando dispositivos para controlar a los pacientes en tiempo real, las empresas farmacéuticas creen que pueden mejorar los resultados clínicos y establecer la relación entre los costes y la efectividad de los tratamientos.
La consecuencia, de acuerdo con un informe de Ernst & Young, será una nueva colaboración entre los laboratorios y otras firmas de áreas no tradicionales como informática, telecomunicaciones y hasta minoristas.
Algunas de estas alianzas ya están funcionando. Novartis, por ejemplo, firmó un acuerdo de 24 millones de dólares el mes pasado con la estadounidense Proteus Biomedical para crear "píldoras inteligentes" que puedan transmitir datos desde el interior del cuerpo para controlar los signos vitales del paciente y comprobar si toma las medicinas recetadas.
Bayer ideó un proyecto para conectar su glucómetro para niños diabéticos a consolas de videojuego de Nintendo con el fin de promover un control consistente de sus niveles de azúcar en sangre.
Y la unidad Lifescan de Johnson & Johnson tiene una aplicación en el iPhone que permite a los usuarios descargar las lecturas de los monitores que miden la glucosa en sangre a través de sus teléfonos de Apple.
"Veremos múltiples tipos de colaboraciones en el futuro", dijo a Reuters Patrick Flochel, líder de ciencias de la vida de Ernst & Young para Europa, Oriente Próximo, India y África.
"Este movimiento se verá impulsado por un objetivo sobre los resultados, con los que las compañías farmacéuticas se tienen que comprometer cada vez más", agregó.
ENTREGA DE FÁRMACOS
Otras firmas fuera de la industria miran con expectativas estos movimientos. Hans Hofstraat, presidente de sociedades de salud del grupo electrónico Philips, dice que la entrega de medicamentos es un área en el cual las compañías de tecnología pueden ayudar.
El grupo holandés está trabajando en sistemas de entrega mediados por ultrasonido y tiene una píldora inteligente, o iPill, que puede dirigir los medicamentos al punto adecuado en el tracto digestivo.
"No somos una compañía farmacéutica pero nos gustaría interactuar con los laboratorios para brindarles soluciones", dijo en una conferencia de economía farmacéutica.
La compañía de telefonía móvil Orange, una unidad de France Telecom, tiene ambiciones similares. Su interés está centrado en la comunicación con los pacientes y la gestión de enfermedades crónicas, dijo Michael Reilly, director de Orange Healthcare UK, en la misma reunión.
Las grandes farmacéuticas tradicionalmente confiaron en la rentabilidad de unos pocos productos para sostener sus ganancias, pero el viejo modelo del negocio se está acabando, y las firmas tienen que diversificarse en áreas como salud del consumidor, reducir costes y forjar alianzas más flexibles con pequeñas compañías biotecnológicas.
La nueva era supone desafíos notables, sobre todo por la brecha cultural entre las compañías de rápido avance tecnológico, con veloces ciclos de innovación, y la industria farmacéutica, que para lanzar un nuevo producto al mercado puede tardar diez años o más.
Sin embargo, pareciera que vale la pena el intento. Al seguir los datos clínicos y garantizar que los pacientes tomen las medicinas en el momento correcto, los laboratorios podrían demostrar al mundo que sus productos realmente funcionan, lo cual a su vez justificaría sus elevados precios.
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