Activistas advierten que Internet estaría en riesgo si se repiten juicios como el que en Italia terminó con una condena contra ejecutivos del buscador, por un video ofensivo publicado por un usuario.
Internet se construyó sobre la base de la libertad de expresión. La sociedad quiere que alguien sea responsable cuando se abusa de esa libertad. Y las grandes compañías de la red, como Google y Facebook, se encuentran atrapadas entre los dos ideales.
A pesar de que Google, Facebook y sus rivales han disfrutado de un "refugio seguro" de ser acusados por el material generado por sus usuarios en Estados Unidos y Europa, enfrentan a un público cada vez más inclinado a señalarlos por el ciberacoso y otras trasgresiones online.
Ese podría haber sido el caso en el que tres ejecutivos de Google fueron condenados en Italia el 24 de febrero por un video intimidatorio publicado en su sitio, en un veredicto que fue recibido con horror por los activistas de internet, quienes temen que la medida abra las puertas a más juicios y, en última instancia, acaben con la red.
El periodista Jeff Jarvis sugirió en su influyente blog BuzzMachine que el tribunal italiano, que halló a los ejecutivos de Google culpables de violación de la privacidad de un niño autista que era provocado en el video, requería en esencia que los sitios revisen todo lo que se publica en ellos.
"La implicancia práctica de eso, por supuesto, es que nadie dejará que nadie ponga algo online porque el riesgo es demasiado grande", escribió Jarvis. "No te dejaría a ti colocar nada. Mi ISP (Proveedor de Servicio de Internet) no me dejaría colocar nada en su servicio. Y eso mata a internet", agregó.
Un conmocionado Chris Thompson, quien escribe para Slate, calificó al veredicto como "medieval".
Los expertos legales han sido más confiados, al decir que el veredicto probablemente sea revocado, al no resistir el escrutinio de una corte de apelaciones ni de fijar un precedente para otros tribunales.
Policías de Internet. Sin embargo, al sentenciar a los ejecutivos a seis meses de prisión en suspenso, el tribunal habría reconocido un creciente deseo de convertir a las empresas de internet en responsables del contenido que publican sus usuarios.
"Creo que este no será un hito porque las condenas a Google violan la ley europea y, en última instancia, serán revocadas", dijo John Morris, consejero general del Centro para la Democracia y la Tecnología, con sede en Washington.
"Habiendo dicho eso, sí estamos algo preocupados por una tendencia en otros países que sugiere que los proveedores de servicios de internet y los sitios web deberían ser policías de internet", dijo Morris.
Si la tendencia continuara podría poner a las empresas a la defensiva, forzándolas a pasar más tiempo defendiendo esos casos o replicando a los pedidos de más restricciones en el contenido.
China controla internet y demanda la cooperación de las empresas online, mientras que Estados Unidos se ha parado en defensa de la libertad en la red ante la censura de gobiernos más represivos.
Sin embargo, la presión social crece desde abajo, como lo descubrió recientemente Facebook en Australia.
En ese caso, se crearon páginas en la red social en tributo a dos niños asesinados en febrero, Trinity Bates, de ocho años, y Elliott Fletcher, de 12, las cuales fueron rápidamente cubiertas con pornografía y obscenidades, lo que disparó una serie de llamados para que Facebook sea más responsable de lo que publica.
"Estas cosas en páginas de Facebook creadas con el único fin de ayudar a estas comunidades a rendir tributo a jóvenes vidas perdidas de la forma más horrible sólo incrementa el dolor ya experimentado", escribió la premier de Queensland, Ann Bligh, al fundador de Facebook Mark Zuckerberg en una carta publicada en la prensa australiana.
Los pedidos para condenar el ciberacoso explotaron por primera vez con el caso de una madre acusada de llevar a una niña de 13 años, Megan Meier, al suicidio en 2006 al atormentar a la joven desde un perfil falso de MySpace.
Lori Drew, la madre de una niña con la que Meir había peleado, fue hallada culpable de cargos federales menores, pero un juez luego revocó la condena.
"Estamos en una sociedad que espera que las empresas y la gente de autoridad asuma la responsabilidad, no sólo por sus acciones, sino por las acciones de quienes están debajo de ellos", dijo Karen North, directora del Programa Annenberg de Comunidades Online de la Universidad del Sur de California.
"La dificultad es que creamos una cultura de internet donde la gente es invitada a subir contenido, pero la responsabilidad cae en ambas direcciones", agregó.
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