Por primera vez, calcularon cuál es la capacidad mundial de almacenarla, comunicarla y procesarla.
¿No le alcanza el día para leer diarios de varios países, escuchar los programas radiales que le interesan, ver las películas, documentales, informativos y otras producciones televisivas que despiertan su atención, chequear correos electrónicos, Facebook, Twitter y otras novedades de la Web, y atender el teléfono celular que suena hasta cuando está bajo la ducha?
No está solo. Según un trabajo que hoy se publica en Science , en este momento el mundo está literalmente sumergido en información. Traduciéndolo en cifras, la humanidad es capaz de almacenar por lo menos 295 exabytes (un bit es la menor unidad de información y un megabyte es igual a ocho millones de bits). Eso equivale a un número seguido de ¡veinte ceros!
El estudio, que acomete la tarea de inventariar cuánta información podemos almacenar, comunicar y procesar, llega a la conclusión de que en 2007 guardamos una cantidad de bits que equivaldría a algo así como 315 veces el número de granos de arena de todas las playas del planeta. Que enviamos (a través de la TV, la radio, los GPS...) 1,9 zettabytes: más o menos la información que se reuniría si cada persona leyera 174 diarios por día. Y que ese año todas las computadoras del mundo computaron una cantidad de instrucciones que si se hubieran ejecutado a mano hubieran requerido nada menos que 2200 veces el tiempo transcurrido desde el Big Bang...
"Se había intentado hacer algo similar antes, pero éste es el primer estudio que cuantifica la capacidad humana para manejar información a lo largo de veinte años. Para llegar a estos resultados analizamos más de 1100 fuentes, que incluyen desde bases de datos de organizaciones internacionales, inventarios comerciales y académicos, estadísticas públicas y una miríada de especificaciones de los productores de equipos tecnológicos", cuenta desde su oficina en la Universidad de California del Sur el doctor Martin Hilbert, investigador de la Escuela Annenberg de Comunicación y Periodismo, que comenzó este proyecto hace cuatro años, mientras se desempeñaba como economista para la Cepal, junto con Priscila López, de la Universidad de Catalonia, en Chile.
En el trabajo, que revisó la evolución de 60 tecnologías analógicas y digitales entre 1986 y 2007, los investigadores aseguran que el mundo ya ingresó de lleno en la era digital.
"Casi toda la memoria de la humanidad fue digitalizada en un abrir y cerrar de ojos -escriben-: mientras en 2000 el 75% de la información almacenada se encontraba en un formato analógico (como los videocassettes), en 2007, el 94% ya se encontraba en formato digital."
Hilbert y López también calculan que durante las últimas décadas la capacidad de computación a través de dispositivos específicos (tales como los procesadores gráficos) se duplicó cada 14 meses; la de las PC y los teléfonos celulares lo hizo cada año y medio; la de almacenamiento de información per cápita, cada tres años y cuatro meses, y la de telecomunicación, cada dos años y 10 meses.
"La verdad es que todo el mundo sabe que estas tecnologías no sólo han cambiado nuestra vida de todos los días -afirma Hilbert-, sino que en un nivel más abstracto están detrás de la productividad económica y hasta son importantísimas para el desarrollo político. Basta con pensar en lo que está sucediendo en estos momentos en Egipto (donde actuaron como detonantes de una imprevisible revolución social). ¡Hoy sin el celular sería imposible pensar en coordinar una familia! Estas tecnologías cambiaron hasta la forma en que los jóvenes se enamoran..."
Y enseguida agrega: "La Organización de las Naciones Unidas ya armó dos cumbres mundiales sobre la información, pero nunca se había hecho el intento de cuantificarla. Para entender el efecto de estas tecnologías, para comprender qué significa este fenómeno, el primer paso es medirlo. En el mundo académico, nosotros mostramos cómo se puede hacer. Presentamos una metodología y mostramos que no es puro cuento, la aplicamos para medir la cantidad de información que procesamos".
No hay duda de que los números son impresionantes. Para hacer más fácil su comprensión, Hilbert y López compararon, por ejemplo, que si toda la información existente en la actualidad se guardara en CD-ROM requeriría una pila de 404.000 millones de esos dispositivos que llegaría de la Tierra a la Luna más un cuarto de esa distancia. Según los autores, hoy existe 80 veces más información por persona que toda la que guardaba la biblioteca de Alejandría y más bits per cápita que las estrellas que componen nuestra galaxia.
"Pero aunque estos órdenes de magnitud parezcan gigantescos -aclara Hilbert-, todavía son diminutos si se los compara con los que existen en la naturaleza." Y para explicarlo, concluye con estos ejemplos: hay 330 millones de veces más bacterias en la Tierra que todos los bits que se emiten anualmente, y bastan las moléculas de ADN de un solo ser humano para almacenar 305 veces más información que todos nuestros dispositivos tecnológicos.
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